Probablemente, a estas alturas del día ya sabréis que anoche se entregaron los Globos de Oro. Personalmente, son unos premios que me gustan más que los Oscar. ¿Y por qué? diréis. Pues porque no sólo premian al cine, si no también la televisión. Y como en este blog se habla de series, es de las series premiadas de lo que os voy a hablar. En concreto, de una que triunfó y que, en breve, Cuatro va a empezar a emitir en España; y de otra cuyo protagonista, desgraciadamente, no consigue triunfar (al menos a la hora de recoger premios por la serie).
Empiezo por lo malo, y es que, Benedict "Sherlock" Cumberbatch volvió a irse de vacío por su interpretación en la serie. Y no es la primera vez. Dos veces a los BAFTA, una a los Emmy y ahora los Globos de Oro. Que sí, que vale, que ha ganado premios por la serie, pero la mayoría premios menores. Parece que todos los halagos que recibe cada vez que sale una nueva temporada de la serie (1 vez cada milenio, o al menos, así de largo es como se hace) a la hora de entregar los premios quedan en nada. Su premio se lo ha llevado Kevin Costner, y a él sólo le ha quedado lucir palmito por la alfombra roja. Eso sí, que elegancia....
En cuanto a la gran triunfadora, ha sido la misma que lo fue el año pasado: Homeland, una serie que arrasa por donde va, y de la que todavía no os había hablado porque estaba esperando el momento oportuno. Pues bien, el momento ha llegado.
La serie anoche ganó tres premios. Pero qué tres premios. Mejor serie, mejor actor (Damian Lewis) y mejor actriz (Claire Danes). Todo ello en la categoría de drama. No os voy a contar demasiado porque es una de esas serie que hay que ver. Que TENÉIS que ver.
La premisa de la serie es que un marine estadounidense es rescatado por casualidad, después de ocho años secuestrado por Al-Qaida, cuando todo el mundo lo daba por muerto. Mientras tanto, una agente de la CIA se obsesiona con él porque está convencida de que su rescate no fue casualidad, y que en realidad ha sido convertido en terrorista. Casi ná.
A partir de ahí os podéis imaginar. Capítulos frenéticos que os tendrán cincuenta minutos al borde de la silla, a partir de los que desarrollaréis una paranoia que os impedirá confiar en nadie de la serie. Pero no sólo eso, porque los horrores de la guerra y el secuestro también están presentes, y no es tan fácil volver a la tranquilidad del hogar después de todo eso.
Así que ya la podéis apuntar, bien para verla en la tele o por internet, porque todo el mundo debe experimentar la incertidumbre de no saber de qué pie cojea Brody, la desesperación cada vez que Carrie haga alguna de sus tonterías, la frustación cada vez que Jessica aparezca en pantalla y la urgencia de darle un bofetón a Dana.
Completamente de acuerdo con todo. Sobre todo con lo de Benedict y lo del bofetón a Dana. Muy fuerte. :))
ResponderEliminarLo que más coraje me da de Dana es que hay veces que dices "ostras, que la niña es lista" pero luego pasa cinco minutos con la expresión de pánfila, y te das cuenta que no.
EliminarAcabé la segunda temporada. ¡Tenemos que hablar urgentemente! ¿Por dónde andas tú en la serie?
ResponderEliminarYo también me hago de la hermandad de la bofetá...
Beso.
Mira que os dije que os controlarais, ¿eh?
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