Muchos éramos los que decíamos eso de que Cómo Conocí a Vuestra Madre (How I Met Your Mother para los amigos, HIMYM para los amigos flojos) estaba decayendo, que ya no es lo que era, que habían perdido la capacidad para conjugar las tramas con la comedia. Bueno, pues parece que los guionistas oyeron nuestras quejas, y han querido redimirse con el doble capítulo que ha puesto fin a la primera parte de la (¿última?) temporada. Vale sí, no ha sido el capítulo más gracioso de la historia, pero al menos lo han compensado con creces con el tema trama. [Grandes spoilers ahead]
Los precedentes de los capítulos navideños ponían el listón muy alto. El año pasado fue ese en el cual Robin se enteró de que no iba a poder tener hijos. Ese capítulo que nos puso eufóricos en los cinco primeros minutos para dejarnos sumidos en una profunda depresión al final.
Viendo el primer capítulo no esperábamos gran cosa. La agonía de Barney sin poder hablar fue lo mejor, porque la verdad es que la reaparición del viejo amigo de Marshall y Lily ha dado para poco. Y que Ted era algo pringaillo tampoco es ninguna sorpresa.
Cosa muy distinta es cuando al final del capítulo Barney le cuenta a Ted que le va a pedir la mano a Patrice. Después de ocho temporadas todos sabíamos que todos se iban a terminar enterando porque Ted es incapaz de callarse nada. Y menos mal, porque la escena de la limusina es genial. Aunque tengo que confesar que un por momento temí que Ted fuera a liarse otra vez con Robin y volviéramos a la temporada 1. Pero no, Robin subió a la azotea y se encontró que Barney había puesto su brillante (y enrevesada) mente a trabajar para sacarse de la manga la mejor proposición de matrimonio de la historia de las series. ¿Cómo iba cualquiera a decir que no a eso?
Así que ahí nos hemos quedado. Ahora toca esperar hasta el 14 de Enero para saber qué pasa ahora. Y si, de una vez por todas, averiguamos quién es la madre de los hijos de Ted.
Por cierto, no sé a qué estáis esperando para aprenderos la nana del pequeño Marvin para cantársela a vuestros retoños.
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